Mar del Plata en la crisis del 30

(nota I de III)
por Elisa Pastoriza

La denominada 'década infame' se anticipa en Mar del Plata con la reposición de una vieja práctica política, la imposición de los “Comisionados" por la gobernación, mediante la intervención a la intendencia socialista de Teodoro Bronzini en 1929. La llegada de la gestión socialista en 1920 dio origen a una inquietud generalizada entre figuras conspicuas de la elite veraneante y fuertes propietarios de la zona, quienes el mismo año crearon la Comisión Pro-Mar del Plata, que funcionó como una suerte de contra-poder de la administración socialista.

En Mar del Plata, el socialismo crecía como una fuerza política moderada, reformista contando entre sus adherentes a trabajadores con oficio, empleados y segmentos de las clases medias. Liderados por el nuevo intendente, Teodoro Bronzini, una parte importante de sus iniciativas atendió a las condiciones de vida de los trabajadores de la ciudad a través del subsidio a los alimentos, el aumento de los gastos en educación y salud y medidas de protección social. También atendieron de Mar del Plata como centro de veraneo que incluyeron, además de las labores de propaganda, las obras de embellecimiento del Balneario La Perla, ya por entonces el preferido de la población permanente, la licitación de un balneario público municipal, que anticipó la inauguración de la Playa Popular en 1930 y la pavimentación de la franja costera desde Parque Camet hasta Punta Mogotes.

La busca de fondos para financiar estas diversas iniciativas no fue empresa sencilla, generó enfrentamientos y conflictos y estuvo en el origen de la crisis institucional que precipitó el fin del ciclo socialista. Y así, abruptamente, se puso punto final a los diez años de gestión socialista municipal. Premonitorio acontecimiento que queda institucionalizado con el golpe militar del treinta que derroca al gobierno de Yrigoyen a nivel nacional.

Crisis y fragilidad institucional

De esta forma Mar del Plata comienza a atravesar la crisis económica desatada desde 1929 en una situación de fragilidad institucional. Durante gran parte del decenio, la vida política municipal giró en torno a la persona de José Camusso -cuya actividad oficial transitó en fuerte vínculo con la gestión provincial- que ejerció la Intendencia durante seis años –entre 1932 y 1940- y colocó el tema de la modernización y la extensión del balneario como uno de los propósitos básicos de su gestión.

El modelo del Intendente fue el de uno de los mayores exponentes de la etapa neoconservadora, el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Manuel Fresco, cuyo proyecto político reveló rasgos que buscaban paliar los efectos de las críticas circunstancias mundiales. En su retórica, plagada de arrebatos autoritarios, los sectores populares ocupaban un lugar de mayor privilegio, evidenciado en los contratos de trabajo, una acentuada tendencia a la intervención estatal en las relaciones obrero-patronales, los planes de vivienda y el estímulo a la obra pública.
La Argentina de los treinta estuvo recorrida por diferentes propuestas que intentaban remediar las consecuencias de la crisis de la economía agro-exportadora y del modelo liberal. La de Manuel Fresco, autotitulado heredero del Gral. Uriburu, representó una de las más extremas.

En cuanto a Mar del Plata, se impulsó una serie de intervenciones urbanas y planes centrados en el fomento al turismo, engarzados en un plan global de mayor alcance para la provincia, el titulado Plan de Urbanización de Playas y Riberas. El proyecto sancionado por la legislatura, sumado al comunal, permitió a la ciudad transformar su fisonomía espacial con un ritmo acorde al de las sintomáticas modificaciones sufridas en su paisaje social.

Promoción y obras

En esta perspectiva uno de los primeros actos de José Camusso fue la formación de la 'Junta de Iniciativa', para ponerse a tono con el rol que ya cumplían las instituciones privadas -cuyo desenvolvimiento pretendía regular-, las más interesadas propulsoras del turismo local. Este espíritu quedó transparentado en la segunda iniciativa institucional, la creación de la Dirección Municipal de Turismo y la puesta en marcha de un vasto plan que apuntaba a promover los viajes con rebajas de tarifas (a través de pasajes y hotelería más baratos), mejorar el transporte, construcción de caminos y obras de infraestructura. En coordinación con las instituciones de fomento, fue implementado un programa de amplia difusión y propaganda del balneario, en los circuitos de la prensa, cine y radiofonía, que se concretan en varias películas de difusión, la apertura de agencias en las principales ciudades de país y una oficina en la Capital Federal, junto a una cadena de programas radiales.

El experimento es colocado bajo la órbita de objetivos prioritarios: la pavimentación de la ruta dos y la promoción del camino La Plata-Bs.As. -origen de la actual ruta Nº 11-, la apertura de los casinos -cerrados en 1927 y reabiertos en 1932- y el estímulo a la modernización del transporte (colectivos y tren). Iniciativas integradas en un horizonte más extenso de desarrollo de obras de embellecimiento urbano, como la pavimentación de 150 calles, el arreglo de las plazas, la plantación de árboles y la reconstrucción de los cercos y veredas. En referencia a los aspectos culturales, los conservadores tomaron medidas que atendían a sus necesidades culturales y las del tiempo libre. Las sucesivas inauguraciones de la Biblioteca Pública Municipal, de la Escuela de Artes y Oficios, la Escuela Normal Municipal (en 1938 logra equiparar sus títulos con los de la provincia), el Museo de Bellas Artes y el Museo Regional Histórico y Tradicional de MdP, no son realizaciones desdeñables. Respecto de la 'cultura del cuerpo' José Camusso logra que la provincia le ceda las piletas de Punta Iglesias (exLavorante), dando nacimiento a la Pileta Pública Municipal desde donde se impartieron clases gratuitas de natación. Esta labor se completó con el diseño de la pileta cubierta y la pista de patinaje del complejo casino y el Parque Municipal de Deportes.

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