por Vito Amalfitano
La Diócesis de Mar del Plata está celebrando por estos días sus 50 años de existencia. Para profundizar en su origen, evolución, detalles, problemática y vínculos, LA CAPITAL dialogó con el licenciado en Historia de la Universidad Nacional de Mar del Plata y Becario del Conicet, Gerardo P. Portela, quien desarrolla investigaciones en historia social argentina, especializándose en temas sobre inmigración, catolicismo y políticas de Estado durante la primera mitad del siglo XX y ha publicado, junto a la doctora Bettina Favero, el libro “Más allá de la avenida Cincuentenario, el barrio del Puerto (1920-1960), de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Ediciones Suárez, Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad del Partido de General Pueyrredon.
-¿Cómo nace la Diócesis de Mar del Plata?
-En realidad, en el año 1957 se crea la Diócesis de Mar del Plata pero también nacen muchas otras. Es el fruto de una política yuna lógica de la Iglesia Católica que promovía la fragmentación de algunas diócesis muy grandes, como la de La Plata o la de Córdoba. Y a partir de ahí se subdividieron los territorios para hacer una mejor acción pastoral. Además en ciertas regiones se notaba que había una cierta preponderancia de curas religiosos, de ordenes religiosas, y no de curas diocesanos. Y ese elemento era visto con cierta preocupación…En términos reales, la Iglesia se advertía en ciertas regiones como más diversificada y menos controlable. Como que quedaba en manos de las ordenes religiosas.
-¿La de Mar del Plata es una comunidad más o menos religiosa que otras de laArgentina?
-Indudablemente Mar del Plata evolucionó en términos de creencia y devoción como ha evolucionado el resto del país y en ese sentido hay que marcar que las prácticas sacramentales y asistencia a las misas ha decrecido en general como en todo el país..
-¿Desde qué época?
-Especialmente, desde mediados de los años 40 en adelante. Por supuesto que había más participacion ambién en los 60 que ahora. Las fracturas dentro de las líneas del catolicismo que se dan en los 60 también van a contribuir a este alejamiento, o a esta disminución en la participación. Eso en términos generales, en cuanto a la reducción en la Iglesia Católica. También es verdad que mucha gente cuyas familias han sido criadas en el catolicismo, luego pasaron a otras creencias de tipo cristiano, como los numerosos grupos evangélicos, que acaparan en Mar del Plata a miles de personas. Este fenómeno se incrementa a partir e los 90, cuando el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto autoriza en ese momento la presencia de muchas líneas cristianas evangélicas en el país. Es ahí cuando se da la enorme explosión de iglesias evangélicas…
Esto ha tenido un crecimiento constante en los últimos diez o quince años. De todos modos , la cantidad de gente que va a las iglesias en general en su conjunto, si uno compara, en proporción a la población, a la década del 40, es mucho menor. En consecuencia, hay que decir que la Iglesia ha experimentado una reducción de sus devotos por una cuestión de descreimiento general que se advierte en la población y, además, por la emergencia de alternativas.
-¿Se puede decir que el obispo con más protagonismo de Mar del Plata ha sido el luego cardenal Pironio?
-Indudablemente Pironio ha sido un referente muy importante pero no sé si tanto por los efectos de cambios que haya realizado en Mar del Plata como porque la experiencia de Mar del Plata ha sido tan reconocida que eso le permitió ascender en la jerarquía eclesiástica. Su proyección posterior, probablemente, es la que le ha dado ese carácter tan significativo. Se hace hincapié en Pironio por el orgullo de que estuvo en Mar del Plata antes de esa proyección. Su crecimiento no se dio aquí, tanto como en Buenos Aires o en Roma, pero indudablemente que la experiencia aquí fue basamental para ese crecimiento. Alcanzó un lugar en la jerarquía vaticana que muy pocos religiosos argentinos han alcanzado. Y en rigor de verdad, la transformaciones más grandes, si nos referimos a la construcción de iglesias y la ampliación de la acción pastoral, se puede advertir particularmente con Rómulo García. En suma, por proyección, hay que destacar a Pironio; por construcción y crecimiento literal de la Iglesia, a Rómulo García; y por un mayor diálogo y apertura, ecuménico y con otras órdenes religiosas católicas, se nota mucho más con Arancedo. Pironio es la proyección, Rómulo García es la construcción y Arancedo es el diálogo y la apertura. Fíjense que en el 57 se crea la Diócesis de Mar del Plata advirtiendo esta presencia protagónica de las órdenes, y ahora el propio Arancedo promueve un mayor diálogo con esas órdenes. Esa es la evolución que se produjo.
-¿Cuáles fueron los problemas o la situación de algunos religiosos de Mar del Plata en tiempos de la dictadura? -Lo que se sabe es que durante la dictadura militar hubo en Mar del Plata sacerdotes que estuvieron vigilados. No hubo sacerdotes desaparecidos o asesinados acá, como el caso de Angelelli o Mugica, por ejemplo.
Tampoco, es cierto, había aquí curas vinculados fuertemente con las izquierdas revolucionarias o los movimientos sacerdotales del tercer mundo. Sin embargo, sí hubo algunos curas vigilados, porque si bien abiertamente no se habían manifestado pertenecientes al MSTM, al Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, sí efectivamente ejercían acciones muy fuertes en las villas y en los barrios carenciados. Esas personas fueron “vigiladas”. También hubo en Mar del Plata, del otro lado, algunos sacerdotes fuertemente vinculadas a las órdenes o las cúpulas que estuvieron más cercanas a la dictadura militar.
-La Diócesis de Mar del Plata, ¿quedó influenciada por alguna orden en particular o no?
-No, pero vale aclarar una cuestión. Convengamos que la bula papal que crea la Diócesis de Mar del Plata es de febrero del 57. Pero ahora se conmemoró, en junio, porque fue el aniversario de la asunción del primer obispo, Monseñor Rau. Cuando comienza la Pastoral Social en Mar del Plata había ya efectivamente curas diocesanos pero que respondían al mandato de la Diócesis de La Plata. La primera capilla que se funda en Mar del Plata, que es la de Santa Cecilia, era con curas diocesanos enviados de afuera. Luego comienzan a llegar las órdenes, al poco tiempo, y entran “en competencia”, por decirlo de alguna manera. Indudablemente las órdenes que más incidencia tienen en la primera etapa son femeninas, Nuestra Señora del Huerto, Santa Cecilia…Y después, las masculinas, particularmente situadas en los barrios no céntricos. Los orionitas, los salesianos de Don Bosco, los maristas, los franciscanos en Parque Luro… Y sí van a ser muy importantes los religiosos, con influencia sobre los diocesanos, porque van a sermuchos, muchos más. En 1900, la proporción que se podía encontrar era de un cura diocesano por cada diez religiosos. Estamos hablando de personas consagradas pero no formadas en los seminarios diocesanos, sino en los seminarios de la propia orden. El Vaticano las considera legítimas en su acción pastoral. Es el clero regular, con autonomía de gestión y con la facultad de crear nuevas instituciones educativas. Pero también es verdad que desde la época de Rivadavia ay desde el Estado una intención de crear una glesia más cercana al Estado, más controlable y articulada, con jerarquías más marcadas, y con desarrollo en todo el país. Por eso, desde el principio del siglo XIX se consolida lo que llamamos la diocesanía. El gran temor, ya desde la época de los jesuitas y su expulsión, era que las órdenes alcanzaran un nivel tal de autonomía que se transformen en un Estado dentro del propio Estado. Esa lógica es la que se extiende por todo el siglo XIX y hasta el XX, y por eso en el XX implicaba también la creación de una mayor cantidad de diócesis, para tener un mejor control de su territorio que, de alguna forma, en la formación pastoral, estaba en mano de las órdenes religiosas.
-La religiosidad, ¿se aprecia más en el Puerto de Mar del Plata o en otras zonas?
-La religiosidad como manifestación de devoción, el ritual manifestado en la fidelidad hacia un santo, se advierte mayormente en aquellos sectores de la ciudad dónde hay un alto componente católico de formación.
Y si además son inmigrantes de origen católico, como la mayoría de los italianos, del sur de Italia del Puerto de Mar del Plata, esa devoción es muy marcada. Pero hay que aclarar una cosa: esa devoción no es hacia la Diócesis, fundamentalmente es hacia los santos patrones de sus regiones. Al ser inmigrantes, su referencia de identidad se construye en parte por su devoción al santo. No hay una veneración a la Iglesia como componente diocesano sino a la imagen que refiere a aquel lugar del cuál son originarios. En el Puerto, esa religiosidad más marcada, se debe, además, al tipo de trabajo que hacen. Un trabajo cargado de riesgo, en el que la muerte históricamente ha azotado a la comunidad pesquera. Entonces la necesidad de un amparo de carácter sobrenatural o mítico sobreviene como algo esencial. Como ocurre en todas las comunidades pesqueras del mundo. Y, además del Puerto, se advierte en Mar del Plata mucha religiosidad en torno
a los lugares donde hay instituciones católicas educativas. En unas más que otras. Hay instituciones educativas en Mar del Plata que tienen más de cien años…Han conformado una comunidad en torno a esa institución a lo largo de varias generaciones. Se generan, también, a partir de esto, vínculos sociales más fuertes. Por ejemplo, en torno a Don Bosco, Santa Cecilia, Peralta Ramos con los maristas…
También Sagrada Familia, justamente en el Puerto, donde confluyen todos los componentes. Además, estas instituciones tienen una acción social muy destacada, no sólo la práctica educativa, sino también tareas sociales en torno a los sectores más desfavorecidos de la ciudad. Y ésa es una de las tendencias que más se están observando en algunas de las órdenes marplatenses. Tener una institución educativa importante, privada, con gran cantidad de alumnos, que genera márgenes de dinero que sostienen otras labores sociales. Eso se nota mucho con los salesianos, que en este momento están promoviendo una reforma en ese sentido por una especie de crisis carismática. O con algunas órdenes femeninas, como Nuestra Señora del Huerto. Y, por último, hay que destacar que en esta Diócesis tiene un rol muy importante Cáritas. Vale resaltar que aquí en Mar del Plata algunas órdenes han sido favorecidas o elegidas por la Diócesis de la ciudad para ser sedes de Cáritas. Por ejemplo, en la Iglesia de Sagrada Familia hay una sede de Cáritas. O sea que delega en esa orden esta función secular. Estos son los tipos de vínculos que se
profundizan a partir de los años 90. Es como una legitimación. Porque hay que tener en cuenta algo: el católico no necesariamente va a hacer una diferenciación entre lo que viene de la Diócesis y lo que viene de la orden. Pero sí puede ver que en esa iglesia determinada está Cáritas. Eso le da un reconocimiento más marcado. El hecho de que la Diócesis le haya dado a determinada iglesia esta facultad, favorece su inserción en ese lugar de la ciudad. Y también hay que considerar que para los lugares a los que no pueden acceder, la Diócesis o el Estado decide promover o mantener el peso de esa orden determinada. Las órdenes más favorecidas han sido, a lo largo de la historia, aquellas órdenes que tuvieron un rol importante de la educación y en el sostenimiento de sectores cuyo costo para el Estado es muy elevado, como por ejemplo, discapacitados, enfermos crónicos, ancianos…En otras épocas los leprosarios, la atención de enfermos terminales, también horfanatos, atención de la salud mental… Siempre hubo decisiones políticas
La Diócesis de Mar del Plata está celebrando por estos días sus 50 años de existencia. Para profundizar en su origen, evolución, detalles, problemática y vínculos, LA CAPITAL dialogó con el licenciado en Historia de la Universidad Nacional de Mar del Plata y Becario del Conicet, Gerardo P. Portela, quien desarrolla investigaciones en historia social argentina, especializándose en temas sobre inmigración, catolicismo y políticas de Estado durante la primera mitad del siglo XX y ha publicado, junto a la doctora Bettina Favero, el libro “Más allá de la avenida Cincuentenario, el barrio del Puerto (1920-1960), de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Ediciones Suárez, Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad del Partido de General Pueyrredon.
-¿Cómo nace la Diócesis de Mar del Plata?
-En realidad, en el año 1957 se crea la Diócesis de Mar del Plata pero también nacen muchas otras. Es el fruto de una política yuna lógica de la Iglesia Católica que promovía la fragmentación de algunas diócesis muy grandes, como la de La Plata o la de Córdoba. Y a partir de ahí se subdividieron los territorios para hacer una mejor acción pastoral. Además en ciertas regiones se notaba que había una cierta preponderancia de curas religiosos, de ordenes religiosas, y no de curas diocesanos. Y ese elemento era visto con cierta preocupación…En términos reales, la Iglesia se advertía en ciertas regiones como más diversificada y menos controlable. Como que quedaba en manos de las ordenes religiosas.
-¿La de Mar del Plata es una comunidad más o menos religiosa que otras de laArgentina?
-Indudablemente Mar del Plata evolucionó en términos de creencia y devoción como ha evolucionado el resto del país y en ese sentido hay que marcar que las prácticas sacramentales y asistencia a las misas ha decrecido en general como en todo el país..
-¿Desde qué época?
-Especialmente, desde mediados de los años 40 en adelante. Por supuesto que había más participacion ambién en los 60 que ahora. Las fracturas dentro de las líneas del catolicismo que se dan en los 60 también van a contribuir a este alejamiento, o a esta disminución en la participación. Eso en términos generales, en cuanto a la reducción en la Iglesia Católica. También es verdad que mucha gente cuyas familias han sido criadas en el catolicismo, luego pasaron a otras creencias de tipo cristiano, como los numerosos grupos evangélicos, que acaparan en Mar del Plata a miles de personas. Este fenómeno se incrementa a partir e los 90, cuando el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto autoriza en ese momento la presencia de muchas líneas cristianas evangélicas en el país. Es ahí cuando se da la enorme explosión de iglesias evangélicas…
Esto ha tenido un crecimiento constante en los últimos diez o quince años. De todos modos , la cantidad de gente que va a las iglesias en general en su conjunto, si uno compara, en proporción a la población, a la década del 40, es mucho menor. En consecuencia, hay que decir que la Iglesia ha experimentado una reducción de sus devotos por una cuestión de descreimiento general que se advierte en la población y, además, por la emergencia de alternativas.
-¿Se puede decir que el obispo con más protagonismo de Mar del Plata ha sido el luego cardenal Pironio?
-Indudablemente Pironio ha sido un referente muy importante pero no sé si tanto por los efectos de cambios que haya realizado en Mar del Plata como porque la experiencia de Mar del Plata ha sido tan reconocida que eso le permitió ascender en la jerarquía eclesiástica. Su proyección posterior, probablemente, es la que le ha dado ese carácter tan significativo. Se hace hincapié en Pironio por el orgullo de que estuvo en Mar del Plata antes de esa proyección. Su crecimiento no se dio aquí, tanto como en Buenos Aires o en Roma, pero indudablemente que la experiencia aquí fue basamental para ese crecimiento. Alcanzó un lugar en la jerarquía vaticana que muy pocos religiosos argentinos han alcanzado. Y en rigor de verdad, la transformaciones más grandes, si nos referimos a la construcción de iglesias y la ampliación de la acción pastoral, se puede advertir particularmente con Rómulo García. En suma, por proyección, hay que destacar a Pironio; por construcción y crecimiento literal de la Iglesia, a Rómulo García; y por un mayor diálogo y apertura, ecuménico y con otras órdenes religiosas católicas, se nota mucho más con Arancedo. Pironio es la proyección, Rómulo García es la construcción y Arancedo es el diálogo y la apertura. Fíjense que en el 57 se crea la Diócesis de Mar del Plata advirtiendo esta presencia protagónica de las órdenes, y ahora el propio Arancedo promueve un mayor diálogo con esas órdenes. Esa es la evolución que se produjo.
-¿Cuáles fueron los problemas o la situación de algunos religiosos de Mar del Plata en tiempos de la dictadura? -Lo que se sabe es que durante la dictadura militar hubo en Mar del Plata sacerdotes que estuvieron vigilados. No hubo sacerdotes desaparecidos o asesinados acá, como el caso de Angelelli o Mugica, por ejemplo.
Tampoco, es cierto, había aquí curas vinculados fuertemente con las izquierdas revolucionarias o los movimientos sacerdotales del tercer mundo. Sin embargo, sí hubo algunos curas vigilados, porque si bien abiertamente no se habían manifestado pertenecientes al MSTM, al Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, sí efectivamente ejercían acciones muy fuertes en las villas y en los barrios carenciados. Esas personas fueron “vigiladas”. También hubo en Mar del Plata, del otro lado, algunos sacerdotes fuertemente vinculadas a las órdenes o las cúpulas que estuvieron más cercanas a la dictadura militar.
-La Diócesis de Mar del Plata, ¿quedó influenciada por alguna orden en particular o no?
-No, pero vale aclarar una cuestión. Convengamos que la bula papal que crea la Diócesis de Mar del Plata es de febrero del 57. Pero ahora se conmemoró, en junio, porque fue el aniversario de la asunción del primer obispo, Monseñor Rau. Cuando comienza la Pastoral Social en Mar del Plata había ya efectivamente curas diocesanos pero que respondían al mandato de la Diócesis de La Plata. La primera capilla que se funda en Mar del Plata, que es la de Santa Cecilia, era con curas diocesanos enviados de afuera. Luego comienzan a llegar las órdenes, al poco tiempo, y entran “en competencia”, por decirlo de alguna manera. Indudablemente las órdenes que más incidencia tienen en la primera etapa son femeninas, Nuestra Señora del Huerto, Santa Cecilia…Y después, las masculinas, particularmente situadas en los barrios no céntricos. Los orionitas, los salesianos de Don Bosco, los maristas, los franciscanos en Parque Luro… Y sí van a ser muy importantes los religiosos, con influencia sobre los diocesanos, porque van a sermuchos, muchos más. En 1900, la proporción que se podía encontrar era de un cura diocesano por cada diez religiosos. Estamos hablando de personas consagradas pero no formadas en los seminarios diocesanos, sino en los seminarios de la propia orden. El Vaticano las considera legítimas en su acción pastoral. Es el clero regular, con autonomía de gestión y con la facultad de crear nuevas instituciones educativas. Pero también es verdad que desde la época de Rivadavia ay desde el Estado una intención de crear una glesia más cercana al Estado, más controlable y articulada, con jerarquías más marcadas, y con desarrollo en todo el país. Por eso, desde el principio del siglo XIX se consolida lo que llamamos la diocesanía. El gran temor, ya desde la época de los jesuitas y su expulsión, era que las órdenes alcanzaran un nivel tal de autonomía que se transformen en un Estado dentro del propio Estado. Esa lógica es la que se extiende por todo el siglo XIX y hasta el XX, y por eso en el XX implicaba también la creación de una mayor cantidad de diócesis, para tener un mejor control de su territorio que, de alguna forma, en la formación pastoral, estaba en mano de las órdenes religiosas.
-La religiosidad, ¿se aprecia más en el Puerto de Mar del Plata o en otras zonas?
-La religiosidad como manifestación de devoción, el ritual manifestado en la fidelidad hacia un santo, se advierte mayormente en aquellos sectores de la ciudad dónde hay un alto componente católico de formación.
Y si además son inmigrantes de origen católico, como la mayoría de los italianos, del sur de Italia del Puerto de Mar del Plata, esa devoción es muy marcada. Pero hay que aclarar una cosa: esa devoción no es hacia la Diócesis, fundamentalmente es hacia los santos patrones de sus regiones. Al ser inmigrantes, su referencia de identidad se construye en parte por su devoción al santo. No hay una veneración a la Iglesia como componente diocesano sino a la imagen que refiere a aquel lugar del cuál son originarios. En el Puerto, esa religiosidad más marcada, se debe, además, al tipo de trabajo que hacen. Un trabajo cargado de riesgo, en el que la muerte históricamente ha azotado a la comunidad pesquera. Entonces la necesidad de un amparo de carácter sobrenatural o mítico sobreviene como algo esencial. Como ocurre en todas las comunidades pesqueras del mundo. Y, además del Puerto, se advierte en Mar del Plata mucha religiosidad en torno
a los lugares donde hay instituciones católicas educativas. En unas más que otras. Hay instituciones educativas en Mar del Plata que tienen más de cien años…Han conformado una comunidad en torno a esa institución a lo largo de varias generaciones. Se generan, también, a partir de esto, vínculos sociales más fuertes. Por ejemplo, en torno a Don Bosco, Santa Cecilia, Peralta Ramos con los maristas…
También Sagrada Familia, justamente en el Puerto, donde confluyen todos los componentes. Además, estas instituciones tienen una acción social muy destacada, no sólo la práctica educativa, sino también tareas sociales en torno a los sectores más desfavorecidos de la ciudad. Y ésa es una de las tendencias que más se están observando en algunas de las órdenes marplatenses. Tener una institución educativa importante, privada, con gran cantidad de alumnos, que genera márgenes de dinero que sostienen otras labores sociales. Eso se nota mucho con los salesianos, que en este momento están promoviendo una reforma en ese sentido por una especie de crisis carismática. O con algunas órdenes femeninas, como Nuestra Señora del Huerto. Y, por último, hay que destacar que en esta Diócesis tiene un rol muy importante Cáritas. Vale resaltar que aquí en Mar del Plata algunas órdenes han sido favorecidas o elegidas por la Diócesis de la ciudad para ser sedes de Cáritas. Por ejemplo, en la Iglesia de Sagrada Familia hay una sede de Cáritas. O sea que delega en esa orden esta función secular. Estos son los tipos de vínculos que se
profundizan a partir de los años 90. Es como una legitimación. Porque hay que tener en cuenta algo: el católico no necesariamente va a hacer una diferenciación entre lo que viene de la Diócesis y lo que viene de la orden. Pero sí puede ver que en esa iglesia determinada está Cáritas. Eso le da un reconocimiento más marcado. El hecho de que la Diócesis le haya dado a determinada iglesia esta facultad, favorece su inserción en ese lugar de la ciudad. Y también hay que considerar que para los lugares a los que no pueden acceder, la Diócesis o el Estado decide promover o mantener el peso de esa orden determinada. Las órdenes más favorecidas han sido, a lo largo de la historia, aquellas órdenes que tuvieron un rol importante de la educación y en el sostenimiento de sectores cuyo costo para el Estado es muy elevado, como por ejemplo, discapacitados, enfermos crónicos, ancianos…En otras épocas los leprosarios, la atención de enfermos terminales, también horfanatos, atención de la salud mental… Siempre hubo decisiones políticas
2 comentarios:
muy importante ha sido la labor de la Iglesia catolica en el desarrollo de la ciudad.Valoremos la accion de las instituciones educativas catolicas en la formacion de nuestros hijos.Caritas tambien es muy importante y como dijo hoy el padre Ledesma en la Misa de 12hs la Iglesia es la institucion de caridad mas grande del mundo.
muy importante ha sido la labor de la Iglesia catolica en el desarrollo de la ciudad.Valoremos la accion de las instituciones educativas catolicas en la formacion de nuestros hijos.Caritas tambien es muy importante y como dijo hoy el padre Ledesma en la Misa de 12hs la Iglesia es la institucion de caridad mas grande del mundo.
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