Pareció una travesura provocadora de cineastas jóvenes. Durante el último festival de cine el monumento al Almirante Brown, en la plazoleta del mismo nombre que separa a los edificios gemelos del Casino y el Hotel Provincial, fue cubierto por una réplica en chapa del Faro de Mogotes. Entonces se alzaron voces en tono patriótico repudiando el agravio o cuando menos la desatención hacia el prócer. Nadie advirtió en ese momento una paradoja histórica: ese sitio no fue pensado por el arquitecto Alejandro Bustillo, el diseñador de estos edificios emblemáticos de Mar del Plata, para ubicar la estatua de un prócer y menos para colocarla al revés. Nótese que Brown mira hacia la Plaza Colón, dándole la espalda al mar. De este modo se lo emplazó en tiempos de la última dictadura militar.
En ese punto Bustillo imaginó un obelisco. Nada más. Mejor dicho y como se verá, nada menos. “Lo que falta y que nunca se levantó es el Obelisco Mayor Solar, el nodo generador de todo el espacio ideado por Bustillo”, dice el arquitecto Herman Clinckspoor, miembro del Estudio de Estudios Históricos, Arquitectónicos y Urbanísticos de la Facultad de Arquitectura de Mar del Plata. Los antiguos egipcios utilizaron obeliscos para señalar los accesos a sus templos solares. Si bien existen dudas sobre el rol preciso que cumplían en los conjuntos religiosos, simbolizaban -explica Clinckspoor- los poderes de generación, fertilidad, permanencia y fuerza creadora atribuidos a Re (o Ra), el dios solar. Los griegos los incorporaron y en la antigua Roma llegaron a existir unos veinte. El Renacimiento los recobra en su recuperación del legado greco-romano. ¿Pero qué tiene que ver la antigua arquitectura sacra con Bustillo y la que se ha señalado como su obra cumbre, el conjunto Casino- Provincial-Ramblas de Mar del Plata?
La respuesta de Clinckspoor es extensa y erudita. La resumimos en función del espacio periodístico. Abarca tres aspectos que desembocan en la obra que transformó a la ciudad definitivamente: En los años ‘30, cuando se proyecta la modernización de la costa, Mar del Plata fue una ventana elegida de forma privilegiada para mostrar el “nuevo orden conservador”. Estamos en presencia del “manifiesto” de un creador como Bustillo que abrevó su genio en la herencias de la cultura griega, a la que admiraba, y en el período renacentista; es también el manifiesto de un masón como lo fue Bustillo, “y como también lo fueron -precisa Clinckspoor, considerando la condición de masón en su sentido original (“quien pone ladrillos”) y positivo- Prebish Thays (el paisajista que dejara su sello en el desaparecido Paseo General Paz y en la Plaza Colón), y Fioravanti, el creador de los lobos de piedra (en verdad se trata de leones marinos, dice Clinckspoor).
Y como tercer aspecto, nuestro entrevistado explica: “En las tres artes mayores (la música, la plástica y la arquitectura) el artista clásico se remite a la naturaleza porque en ella halla un orden que es aritmético, un orden universal contemplado desde Pitágoras y reconocido hacia nuestros días por Einstein y Von Braun, entre tantos. En dicho orden aparece el número áureo o relación divina, el número Phi (“fi”), que recobró celebridad recientemente con el libro “El Código Da Vinci” de Dan Brown y su extraordinario éxito de ventas. Cuadrículas con rectángulos basados en una relación de este tipo superpuestas a la Ultima Cena o La Gioconda muestran claramente cómo Leonardo se basó en la llamada proporción divina. De la misma forma suele ejemplificarse con el Partenón.
Mediante un buscador de internet se pueden encontrar, simple y rápidamente, numerosísimos sitios que refieren una infinidad de elementos de la naturaleza en los que es factible “ver” la relación áurea. La anatomía de los humanos es un ejemplo, cuando surge tal proporción al hacer el cociente entre la altura del ser humano y la altura de su ombligo o entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos, o entre la altura de la cadera y la altura de la rodilla. Como sucede también con el cociente entre el lado más largo y el más corto de la omnipresente tarjeta de crédito. Fue concebida con la misma proporción. Aquí, la “relación divina” aparece en un instrumento clave de la globalización profana.
El número áureo se refleja con la distancia entre las líneas del interior espiralado de cualquier caracol, y es esta figura la que Clinckspoor vuelve a colocar sobre las fachadas del Casino y del Hotel Provincial para mostrar cómo se corresponde, por su diseño.
El nuevo orden conservador
Pero se señalaron tres aspectos en la explicación, y es conveniente volver a los dos primeros:
La preguntamos a Clinckspoor: El “nuevo orden conservador” de los años ‘30, que prevé a las grandes masas como protagonistas sociales, ¿cómo impactó en la arquitectura y en lo urbanístico, teniendo en cuenta el tema de esta nota, los “secretos” en el diseño del Casino, el Provincial y las ramblas?
Respondió: “La restauración conservadora, con su concepción urbanística, buscó una transformación disciplinar que modificara la imagen de algunas ciudades, entre ellas Mar del Plata. Para ello ocupa a destacados profesionales, como Bustillo. Habrá nuevos conceptos para los espacios públicos que se consideran protagónicos. Nada fue casual. El “nuevo orden” debía suplantar al paisaje anterior. Por ello se impone la voluntad de destruir la anterior Rambla Bristol que respondía al modelo liberal-aristocrático argentino-afrancesado. La impronta monumentalista se implanta con el conjunto Casino-Provincial-Ramblas.
-Como segundo aspecto ¿usted habla de la remodelación de la rambla marplatense como el manifiesto culminante de Bustillo, un creador polifacético “heredero” de la cultura griega e identificado con la masonería?
-Insisto en que nada es casual en su magno proyecto, que supone un acto de retorno al lenguaje de estructuralidades que nos deviene del clasicismo helénico, del renacimiento itálico y del renacimiento francés tardío. Otra observación de las muchísimas que pueden hacerse: la directriz principal de su proyecto “es la línea imaginaria donde en el horizonte mar y sol confluyen matinalmente”. Para todo templo solar, esto mantiene una linealidad con el astro en su posición Este. Aquí Bustillo está entrando en su etapa de racionalismo. Concibe al complejo Casino-Gran Hotel Provincial como un “espacio cósmico urbano” que debe armonizar, en forma velada, con una mística astronómica. Son las relaciones propias de un gran maestro. Esa línea directriz hacia el sol también fue considerada por Tahys, que también era masón. Coincidía con la avenida Tornquist (también masón), respecto de la cual estaba estaba diseñado el pintoresquista Paseo General Paz. Aquella avenida Tornquist se convirtió en la actual senda de la Plaza Colón, en la que se alinean los monumentos de Patricio Peralta Ramos, Cristóbal Colón e Isabel La Católica y proyectando la misma línea hacia el mar esta se encuentra con el monumento al almirante Brown en medio de los dos edificios, allí en el punto donde debería estar el obelisco, el Obelisco Mayor Solar del que nos ha quedado como testigo infiel, a la muy elaborada intención bustillana, el basamento original (que guarda la misma relación de Fibonacci que las fachadas edilicias, en igual situación y proporción). Como gran conocedor de la historia de la Arquitectura, Alejandro Bustillo sabía que delante de los pilonos de la entrada al templo de Amon en Luxor (antiguo Egipto), había un par de obeliscos de 22,55 metros de altura. En sus basamentos estaban representados animales sacros (los babuinos) y en las caras contenían los títulos propios del protocolo real.
En 1823 el Obelisco del templo de Luxor es trasladado y erigido en París. Bustillo lo conocerá en sus viajes. Sabrá de la significación de los obeliscos como destellos solares modulados en piedra. Thays ideó para el General Paz dos leones custodios, que cuando este paseo desapareció fueron trasladados a la Plaza San Martín y desde entonces flanquean el calendario, frente a la Iglesia Catedral. Los animales sacros de Bustillo serían los lobos marinos de Fioravanti (otro masón), que en realidad son leones marinos. En cuanto a la estatua al prócer Guillermo Brown, debiera contar con un estudiado y apropiado lugar de emplazamiento, de cara al mar, en otro punto de la ciudad
En ese punto Bustillo imaginó un obelisco. Nada más. Mejor dicho y como se verá, nada menos. “Lo que falta y que nunca se levantó es el Obelisco Mayor Solar, el nodo generador de todo el espacio ideado por Bustillo”, dice el arquitecto Herman Clinckspoor, miembro del Estudio de Estudios Históricos, Arquitectónicos y Urbanísticos de la Facultad de Arquitectura de Mar del Plata. Los antiguos egipcios utilizaron obeliscos para señalar los accesos a sus templos solares. Si bien existen dudas sobre el rol preciso que cumplían en los conjuntos religiosos, simbolizaban -explica Clinckspoor- los poderes de generación, fertilidad, permanencia y fuerza creadora atribuidos a Re (o Ra), el dios solar. Los griegos los incorporaron y en la antigua Roma llegaron a existir unos veinte. El Renacimiento los recobra en su recuperación del legado greco-romano. ¿Pero qué tiene que ver la antigua arquitectura sacra con Bustillo y la que se ha señalado como su obra cumbre, el conjunto Casino- Provincial-Ramblas de Mar del Plata?
La respuesta de Clinckspoor es extensa y erudita. La resumimos en función del espacio periodístico. Abarca tres aspectos que desembocan en la obra que transformó a la ciudad definitivamente: En los años ‘30, cuando se proyecta la modernización de la costa, Mar del Plata fue una ventana elegida de forma privilegiada para mostrar el “nuevo orden conservador”. Estamos en presencia del “manifiesto” de un creador como Bustillo que abrevó su genio en la herencias de la cultura griega, a la que admiraba, y en el período renacentista; es también el manifiesto de un masón como lo fue Bustillo, “y como también lo fueron -precisa Clinckspoor, considerando la condición de masón en su sentido original (“quien pone ladrillos”) y positivo- Prebish Thays (el paisajista que dejara su sello en el desaparecido Paseo General Paz y en la Plaza Colón), y Fioravanti, el creador de los lobos de piedra (en verdad se trata de leones marinos, dice Clinckspoor).
Y como tercer aspecto, nuestro entrevistado explica: “En las tres artes mayores (la música, la plástica y la arquitectura) el artista clásico se remite a la naturaleza porque en ella halla un orden que es aritmético, un orden universal contemplado desde Pitágoras y reconocido hacia nuestros días por Einstein y Von Braun, entre tantos. En dicho orden aparece el número áureo o relación divina, el número Phi (“fi”), que recobró celebridad recientemente con el libro “El Código Da Vinci” de Dan Brown y su extraordinario éxito de ventas. Cuadrículas con rectángulos basados en una relación de este tipo superpuestas a la Ultima Cena o La Gioconda muestran claramente cómo Leonardo se basó en la llamada proporción divina. De la misma forma suele ejemplificarse con el Partenón.
Mediante un buscador de internet se pueden encontrar, simple y rápidamente, numerosísimos sitios que refieren una infinidad de elementos de la naturaleza en los que es factible “ver” la relación áurea. La anatomía de los humanos es un ejemplo, cuando surge tal proporción al hacer el cociente entre la altura del ser humano y la altura de su ombligo o entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos, o entre la altura de la cadera y la altura de la rodilla. Como sucede también con el cociente entre el lado más largo y el más corto de la omnipresente tarjeta de crédito. Fue concebida con la misma proporción. Aquí, la “relación divina” aparece en un instrumento clave de la globalización profana.
El número áureo se refleja con la distancia entre las líneas del interior espiralado de cualquier caracol, y es esta figura la que Clinckspoor vuelve a colocar sobre las fachadas del Casino y del Hotel Provincial para mostrar cómo se corresponde, por su diseño.
El nuevo orden conservador
Pero se señalaron tres aspectos en la explicación, y es conveniente volver a los dos primeros:
La preguntamos a Clinckspoor: El “nuevo orden conservador” de los años ‘30, que prevé a las grandes masas como protagonistas sociales, ¿cómo impactó en la arquitectura y en lo urbanístico, teniendo en cuenta el tema de esta nota, los “secretos” en el diseño del Casino, el Provincial y las ramblas?
Respondió: “La restauración conservadora, con su concepción urbanística, buscó una transformación disciplinar que modificara la imagen de algunas ciudades, entre ellas Mar del Plata. Para ello ocupa a destacados profesionales, como Bustillo. Habrá nuevos conceptos para los espacios públicos que se consideran protagónicos. Nada fue casual. El “nuevo orden” debía suplantar al paisaje anterior. Por ello se impone la voluntad de destruir la anterior Rambla Bristol que respondía al modelo liberal-aristocrático argentino-afrancesado. La impronta monumentalista se implanta con el conjunto Casino-Provincial-Ramblas.
-Como segundo aspecto ¿usted habla de la remodelación de la rambla marplatense como el manifiesto culminante de Bustillo, un creador polifacético “heredero” de la cultura griega e identificado con la masonería?
-Insisto en que nada es casual en su magno proyecto, que supone un acto de retorno al lenguaje de estructuralidades que nos deviene del clasicismo helénico, del renacimiento itálico y del renacimiento francés tardío. Otra observación de las muchísimas que pueden hacerse: la directriz principal de su proyecto “es la línea imaginaria donde en el horizonte mar y sol confluyen matinalmente”. Para todo templo solar, esto mantiene una linealidad con el astro en su posición Este. Aquí Bustillo está entrando en su etapa de racionalismo. Concibe al complejo Casino-Gran Hotel Provincial como un “espacio cósmico urbano” que debe armonizar, en forma velada, con una mística astronómica. Son las relaciones propias de un gran maestro. Esa línea directriz hacia el sol también fue considerada por Tahys, que también era masón. Coincidía con la avenida Tornquist (también masón), respecto de la cual estaba estaba diseñado el pintoresquista Paseo General Paz. Aquella avenida Tornquist se convirtió en la actual senda de la Plaza Colón, en la que se alinean los monumentos de Patricio Peralta Ramos, Cristóbal Colón e Isabel La Católica y proyectando la misma línea hacia el mar esta se encuentra con el monumento al almirante Brown en medio de los dos edificios, allí en el punto donde debería estar el obelisco, el Obelisco Mayor Solar del que nos ha quedado como testigo infiel, a la muy elaborada intención bustillana, el basamento original (que guarda la misma relación de Fibonacci que las fachadas edilicias, en igual situación y proporción). Como gran conocedor de la historia de la Arquitectura, Alejandro Bustillo sabía que delante de los pilonos de la entrada al templo de Amon en Luxor (antiguo Egipto), había un par de obeliscos de 22,55 metros de altura. En sus basamentos estaban representados animales sacros (los babuinos) y en las caras contenían los títulos propios del protocolo real.
En 1823 el Obelisco del templo de Luxor es trasladado y erigido en París. Bustillo lo conocerá en sus viajes. Sabrá de la significación de los obeliscos como destellos solares modulados en piedra. Thays ideó para el General Paz dos leones custodios, que cuando este paseo desapareció fueron trasladados a la Plaza San Martín y desde entonces flanquean el calendario, frente a la Iglesia Catedral. Los animales sacros de Bustillo serían los lobos marinos de Fioravanti (otro masón), que en realidad son leones marinos. En cuanto a la estatua al prócer Guillermo Brown, debiera contar con un estudiado y apropiado lugar de emplazamiento, de cara al mar, en otro punto de la ciudad
6 comentarios:
La unica realidad es que gracias a este señor tenemos dos inmensas "cajas de zapato" en el medio entre la ciudad y el mar, que se hicieron destruyendo una rambla espectacular como la bristol, todo por un berrinche de un gobierno que llego gracias al fraude...lo que no me explico es porque no se critica a eso y si se critica a una estatua puesta por la dictadura militar, solamente por el hecho de haber sido puesta por ella. Cuanta razon tenia Russak...
Lo que la persona anonima no dijo es que este señor: mi bisabuelo, creo "dos inmensas cajas de zapatos" que sirvieron para identificar dicha rambla...invito a la persona anonima del anterior mensaje que si no sabe que se calle, ya que Alejandro Bustillo fue un gran arquitecto y si el pueblo marplatense no protesto en aquella epoca por estos planos quiere decir dos cosas: que no saben lo que quieren o que no les importaba poseer en su ciudad "dos inmensas cajas de zapatos" que con su estructura arquitectonica abarca culturas de muchos paises.
Quiero aclarar que siendo el bisnieto de Alejandro Bustillo, no lo creo masón, ya que segun cuentos de mi abuelo, respetaba y profesaba su religion católica apostolica romana sabiendo que el grupo de masones criticaba la postura de la iglesia.
Pienso que al mundo no le vendria aprender y aprehender un poco sobre su pasado o al menos de las cosas de que opinan
Muchas gracias.
gonzalo, muchos critican por envidia;ellos no van a trascender como lo hizo tu bisabuelo. te cuento que si pudiera pedir un deseo, pediría tener los medios para comprar villa devoto en mar del plata,que sueño...querría aunque sea recorrerla por dentro, es hermosa. tu bisabuelo fue un genio!
Estimados.
Q interesante es la obra de estos genios del arte de la Aquitectura.
Disfruto como loco mirando semejantes obras. Bustillo, Virasoro, y ttos otros q con sus cabezas brillantes han hecho el arte de modificar el entorno en q nos movemos con elegancia, estilo, y muchas veces sabiduría.
Ah! Me olvidaba. Casi seguro q Bustillo era un Mason, y de aquellos! Miren sino el monumento a la bandera, y muchas otras cosas mas. Nada implica q practicase la lamentable y decida religión católica. Eso es anecdótico.
Slds!!
sres... que bueno que se de este tipo de debate, con tanto rigor historico.estoy de acuerdo con ambos en puntos de vista.con el anomino que bustillo era mason, aplico geometria sagrada en su obra, pero por otro lado simpatizaba mucho con el nazismo.como arquitecto un iluminado, un adelantado, tipico de un iniciado.gonzalo la iglesia C.A.R ES UNA FANTOCHADA.y tu bisabuelo era sumamente inteligente y lucido.
GONZALO, APOYO TU COMENTARIO. TU BISABUELO FUE UN GENIO. SUS OBRAS HABLAN POR ÉL. ESTOY GESTIONANDO QUE SE DECLARE PATRIMONIO CULTURAL UN BELLO EDIFICIO CONSTRUIDO POR ÉL EN PLENA PAMPA , EN UN PUEBLITO RURAL DE 60 FAMILIAS( FULTON .PCIA BS . AS) FUNCIONA ALLÍ UN JARDIN DE INFANTES CON 25 NIÑOS. ME GUSTARIA CONTACTARME CON FAMILIARES DEL ARQ ALEJANDRO BUSTILLO.DESEAMOS IMPONER SU NOMBRE A ESTE JARDIN DE INFANTES ME AYUDAS?
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