La gente fue a presenciar un espectáculo y se convirtió en un espectáculo en sí misma. A lo largo de toda la costa marplatense, en una jornada inmejorable, a pleno sol, con una agradable temperatura, turistas y marplatenses se ubicaron para presenciar ayer a la tarde el inédito despliegue de "las fragatas", la expresión que se hizo popular para referirse a las embarcaciones que participan de la regata internacional "Velas sudamérica 2010".
¿Cuál fue el número de personas que se volcaron sobre la costa para presenciar la revista naval? Imposible precisarlo. ¿Tal vez se pueda eventurar que fue la concentración de personas a lo largo del boulevard más importante en la historia de la ciudad? Podría ser: porque una primera referencia que surge espontánea entre los periodistas es la del "barcazo" del año 2000, cuando los marplatenses se volcaron, masivamente, a expresar su solidaridad con las embarcaciones pesqueras que iniciaban su travesía hacia Buenos Aires para expresarse a favor de una pesca sustentable en el mar argentino.
En otros surge de parangonar con los festejos del Milenio, aquella madrugada de 1º de enero de 2000, cuando después del brindis las familias fueron hacia la costa para ver los fuegos artificiales.
Pero un día como el de ayer, parece superar aquellas jornadas: al "barcazo" porque fue una manifestación de preocupación, y a la noche del Milenio porque ahora todo se desarrolló a plena luz del día, confundiéndose bañistas con familias enteras que se acercaron desde muy temprano para ubicarse estratégicamente, algunos pensando en tener la mejor vista panorámica, otros, tratando de situarse cerca de las autoridades, para admirar tanto el paisaje con el despliegue siempre vibrante en torno de la llegada de un presidente de la Nación a Mar del Plata para un acto público.
Otras grandes concentraciones
Hace pocos días, en oportunidad del 136º aniversario de la ciudad, el tradicional suplemento de LA CAPITAL, en fotografías, recordaba otras grandes multitudes en la costa por un acontecimiento: el discurso de Juan Domingo Perón desde un palco instalado sobre el edificio del Casino Central, de cara a Punta Iglesia, a la altura de calle Rivadavia, cuando vino a inaugurar el Primer Festival de Cine, en 1954. Siempre se dijo que nunca se reunió tanta gente como en esa oportunidad. En algunas fotografías que, llamativamente, recién ahora circulan por la red digital, se ven manifestantes hasta lo más alto de la loma, arriba del Paseo Dávila.
Es posible --lo dice la primera impresión-- que en la tarde de la víspera hubiera más gente.
En términos históricos, es muy significativo que la fiesta de ayer, tiempo culminante de un inédito tiempo de paz entre la Argentina y Chile, tuviera como protagonista a la Armada Nacional.
Multitudes, equivalentes a la "mitad" de la sociedad marplatense, celebraron la llegada de los barcos de la Marina de Guerra con apostadero en la base local en las jornadas aciagas de setiembre de 1955, cuando fue despuesto Perón. Epoca de antinomias, anticipo de décadas de violencia.
La contracara de lo que se vivió en la costa marplatense en la última semana.
Hoy, más a allá de los chisporroteos verbales de funcionarios y políticos, toda la ciudad ha vivido unos días de natural convivencia con la Armada nacional y con las representaciones de otras naciones latinoamericanas.
Es un signo del tiempo que las familias se entusiasmaran acercándose a las naves y a los hombres de uniforme blanco para sacarse fotos junto a ellos.
¿Otras concentraciones históricas en Mar del Plata?. La visita del general norteamericano Dwight Eisenhower en febrero de 1960, la Cumbre de las Américas y la Contracumbre en 2005, la bienvenida a Juan Curuchet después de ser oro olímpico y la despedida de las competencias del mismo deportista, la carrera por el circuito que iba de Juan B. Justo al Torreón del Monje, con las presencias de Fangio, Villoresi, Ascari y Farina en febrero del 49.
Pero vale insistir en el carácter festivo de la jornada de ayer, que sólo admite similitud con la gran celebración en las calles del centenario de Mar del Plata en 1974.
Ayer, los trazos fuertes del día fueron las presidentas de la Argentina y de Chile celebrando la paz entre los dos países, playas a pleno, las naves pasando por el frente marítimo con sus velas desplegadas, y la libertad de gritar "Aguante, Cristina" o de hacer un chiste a viva voz, cerca de ella, no precisamente a favor de la presidente de los Argentinos; una cosa al lado de la otra.
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