El puerto

por Alicia Bonilla*
(Continuando la serie "Del 25 de Mayo al 9 de Julio")



Plenos mis sentidos luego de recorrer las maravillosas salas del museo Fortabat sobre el canal de Puerto Madero, me dirijo hacia los ventanales de la moderna construcción y el puerto con la pujante ciudad de Buenos Aires están frente a mí. Inmediatamente vienen a mi memoria los grandes acontecimientos que desde lo más remoto nuestra historia giran siempre en torno a este puerto.

Quiso el destino que las expediciones que venían desde Perú llegaran primero que las que lo hacían desde el Río de la Plata al corazón minero de Sud América, el Potosí. Es así como se monta una organización política económica con base el Lima y en el monopolio de su puerto y sus comerciantes, destinada a la explotacion de la zona sur de este continente en función de la financiación de la política europea de la metrópoli.

Todo el comercio del Sur con España entra y sale por el puerto de Lima. Y en función de ello se establece el Virreinato del Perú dentro del cual quedara comprendido nuestro actual territorio.
Si bien la ruta del Atlántico resulta a ojos vistas mas directa hacia España que la del Pacifico con el consiguiente acarreo terrestre por Panamá para luego volver a embarcar rumbo Europa, los intereses económicos establecidos en Lima van a determinar que el Puerto de Buenos Aires no se encuentre habilitado para el comercio debiéndose este dirigirse por tierra hasta Lima para embarcar al exterior.

Tal reglamentación hizo que la ciudad de Buenos Aires fundada por Juan de Garay en 1580 se poblase de personajes de muy bajo nivel social económico cultural dado que en estas tierras no había posibilidades ni de negocios directos con la Metrópoli, ni de explotación del indio debido a que como dijimos en nuestra anterior exposición los mismos en estas pampas eran cazadores nómadas que no se sometieron al hombre blanco.

El peligro portugués, y detrás de ellos del ingles que aspiraba a quedarse con el comercio de América, sobre todo después de la fundación por el imperio lusitano de la Colonia de Sacramento en 1680, violando los limites del las donaciones papales hechas a España y Portugal por el papado a través de las Bulas de Donación y el posterior Tratado de Tordesillas firmado entre las dos potencias, llevaron a Carlos III a fundar el Virreinato del Río de la Plata en 1776 ubicando por razones geopolíticas su capital en Buenos Aires ya que esta era la entrada a la cuenca del Plata, vía directa de acceso por sus espaldas a las riqueza de Potosí.

Asimismo al habilitar el puerto de Buenos Aires se esperaba detener el creciente contrabando que con la complacencia de las propias autoridades se venia desarrollando en la zona económicamente ahogada por las restricciones comerciales.

Los acontecimientos mundiales llevaron al rey a aceptar que los ingleses entraran dentro de nuestra economía a través del Navío de Permiso que llegaba dos veces al años a este puerto con productos transportados por Inglaterra y el Asiento de Negros, navío cargado de esclavos que recalaba también dos veces al año y desembarcaba su cargamento humano, no puedo dejar de recordar al abordar el tema el maravilloso cuento de Mujica Laynes, pulsera de cascabel en el libro Misteriosa Buenos Aires, donde se relata la primera escala que estos hombre realizaban en lo que hoy es la estación Retiro previa su partida al Alto Perú.

Por pintoresco que nos resultasen en nuestros libros de historia los negritos cebando mate allá por 1810 cabe recordar que un esclavo era un elemento caro, lo que hacia difícil para los habitantes de esta ciudad, cuya casi única actividad giraba en torno del contrabando, darse el lujo por esos días de disponer de un esclavo, tales imágenes se remontan recien a la década del 30 conocida como era rosista.

Por ese puerto junto con los productos comerciales Inglaterra introdujo también las ideas imperantes en Europa que van a servir para que nuestros jóvenes estudien en las Universidades de Sud América sobre las ideas del siglo de las luces que llevaran a los movimientos revolucionarios de principios del siglo XIX.

Será también el puerto quien a poco de formado el primer gobierno patrio divida las aguas entre Saavedra y Moreno como veremos mas adelante; que llevara a una guerra entre el litoral y Buenos Aires en 1820 y que con el triunfo de Rosas se impusiese al resto del país hasta 1852 con la permanente prohibición de operar libremente a los puertos del litoral; que llevara a Buenos Aires a no reconocer la Constitución jurada en San Nicolás en 1853 y a permanecer por diez años separada de la Confederación, por no aceptar que la ciudad puerto pase a ser capital de la nación como dice el articulo tercero de la nueva constitución.

El no querer compartir con el resto de las provincias las rentas de aduana fue un tema de enfrentamiento hasta 1880 en que finalmente y luego de sofocar la revolución de Carlos Tejedor se pudo establecer la capital en la ciudad de Buenos Aires y nacionalizar la aduana.

El resto de la historia la conocemos el puerto se trago al país, un país macrocéfalo se constituyo siendo las diez cuadras que hoy tengo frente a mi vista desde este museo el centro de todas las decisiones político económicas que se toman en Argentina.

Tal estructura en torno al puerto desvirtuara el sistema federal de gobierno por la falta de desarrollo del resto del territorio, sobre todo la zona patagónica, única con acceso directo a los mares capaz de eludir el control que sobre la economía lleva a cabo el puerto de Buenos Aires.


* Profesora de Historia (Universidad del Salvador) y abogada (Unidad Nacional de Lomas de Zamora)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones por la nota, muy interesante.

Anónimo dijo...

Muy entrenida y enriquecedora.
Felicitaciones

Anónimo dijo...

Muy enriquecedora la nota. FElicitaciones