Cambios culturales modificaron la relación de vecinos y carteros

Con interternet, las redes sociales, los mensajes instantáneos, las video llamadas por Skype y sobre todo los e-mail como forma de comunicación personal, las cartas tradicionales casi están en extición en la actualidad. Pero aunque las costumbres epistolares han cambiado, el trabajo de los carteros no se ha dejado de lado, sino que continúa con total vigencia, aunque, la información que transporte no sea tan misteriosa, interesante o romántica.
El titular del Museo de las Comunicaciones, Miguel Rosarno, aseguró que según datos actuales de voceros de las empresas de correo "el volumen de misivas no se ha reducido", aqunque admiten que "lo que hoy desborda nuestros buzones son facturas, folletos o cartas documentos". Con el cambio en el contenido de la correspondencia, no es extraño que haya cambiado la relación de los receptores con el cartero, esa figura que solía ser la más querida y esperada en los pequeños pueblos de cualquier país.
En su día, Rosarno contribuyó con este medio brindando un homenaje a estos carteros anónimos que hasta se convertían en amigos de las personas que visitaban, que a veces leían a los destinatarios el contenido de la misiva, compartían las buenas y malas noticias, enla figura de Don Benigno Di Martino.
"Fue uno de tantos hijos de inmigrantes italianos que llegaron a nuestro país. En 1910 se radicó junto con su familia a nuestra Ciudad. En el año 1912 que con menos de 18 años ingresó al correo como cartero.
Por aquellos años el correo funcionaba en la calle San Luis entre Rivadavia y Belgrano, al lado del Hotel Manetti. El plantel de carteros alcanza a diez y la distribución de la correspondencia se realizaba a caballo. A Don Benigno le toco un equino de pelaje blanco. El animal se subía a la vereda para que el empleado pudiera alcanzar el llamador de la casa y si no lo tenía, debía alzar la voz para sentenciar el tradicional: “ Cartero!”
Al finalizar la jornada de distribución, los animales se soltaban en un potrero ubicado en la calle Mitre casi esquina Rivadavia o bien durante las horas de atención de la oficina se dejaban atados al frente.
El corral al parecer no era muy seguro, y en más de una oportunidad el Comisario Vicente Ledesma intimó al jefe Ponce para que los animales no deambularan por las calles, por ser zona céntrica, causando molestias a los vecinos y turistas.
Don Benigno continuaba con su labor afanosamente y un buen día tuvo la suerte de ganarse una bicicleta en una rifa. Fue así que le solicitó al nuevo jerarca su autorización de cambiar al equino por la bicicleta, esgrimiendo como motivos que sería mas rápido hacer entrega de la correspondencia. El titular le negó la aprobación ya que la repartición le asignaba 15 pesos para gastos del caballo (el sueldo era de 60 pesos) y por lo que convenía seguir con ese medio de transporte para el reparto.
Pero Don Benigno que al parecer era una especie de profeta, tomo la determinación de utilizar la bicicleta, por lo que se transformo en el primer cartero que utilizo ese medio de transporte…al poco tiempo los dueños de lo ajeno se la llevaron cuando estaba estacionada frente al local del correo, pero esto poco importo, ya que en 1921 paso a ser auxiliar.
Esto le permitió tener un dia libre, el que aprovecho para perfeccionar sus estudios de guitarra en la Academia de Domingo Prat, su vocación fue desarrollándose vertiginosamente a tal punto que en poco tiempo ofreció recitales en el Teatro Colon, en el Cine Belgrano. Amplió sus conocimientos que en 1922 ya tenía su propia academia.
En 1925 en el acto inaugural del local “ El Trinquete” cancha de pelota – ubicado en 25 de mayo y Jujuy, realizo un acto cultural donde se dice que asistieron Carlos Gardel, Guillermo Barbieri y el negro Ricardo, la actuación de Dn Benigno fue muy elogiada por “El zorzal", quien le propuso integrarlo a su conjunto artístico. Di Martino prefirió continuar su trabajo en el correo y con su academia".
"Los carteros siguen representando, en parte, nostalgia por los recuerdos de aquellos hombres y mujeres que un día recibieron un paquete o un mensaje de un ser querido, el cartero de hoy sigue siendo un hombre afectuoso, de buen espíritu y trato cordial, que disfruta de un trabajo que en la actualidad suele ser no muy grato, no obstante no deja de entregar una sonrisa amistosa cada vez que hace sus entregas" valoró.
El primer cartero de Buenos Aires se llamaba Bruno Ramírez. Su primer reparto se realizó el 14 de septiembre de 1771. Por eso, el 14 de septiembre es el Día del Cartero.

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