El diálogo político en los años de la Libertadora

por María Estela Spinelli
Investigadora y docente de las universidades
nacionales del Centro (Tandil) y de Mar del Plata


Retomando este intercambio sobre las convocatorias al diálogo político en el proceso histórico argentino de la segunda mitad del siglo XX, ahora trataré de explicar, narrando someramente algunos hechos o situaciones, la convocatoria al diálogo político en los años de la "Revolución Libertadora".

Las circunstancias políticas.

El derrocamiento del peronismo fue una experiencia sumamente traumática, porque a diferencia de los anteriores golpes de Estado (aunque los "libertadores" jamás concibieron que su "revolución" lo fuera), el enfrentamiento fue cruento y prolongado, con muertos tanto en las fuerzas leales como en las rebeldes, y con una importante participación de civiles. Y, si bien en nombre de la Constitución y la Democracia se habían levantado e impuesto los antiperonistas, no era obvio que el gobierno peronista, a pesar de su desgaste, no contara con una importante adhesión popular. Lo concreto fue que el 23 de septiembre de 1955, en medio de enormes manifestaciones de adhesión en ciudades grandes y pequeñas del país asumió el primer gobierno de facto, presidido por el general Lonardi y el contralmirante Rojas como vicepresidente, que fracasó a los sesentas días de haber asumido.

¿Cuál fue el contexto en que se convocó al diálogo?


Ya desde los primeros días comenzaron a llegar los exilados y los dirigentes de los partidos antiperonistas ocuparon el centro de la escena: conferencias, reportajes, mitines, fue una explosión de actividad política.
Al gobierno provisorio se le presentaron inmediatamente dos problemas: 1 ¿qué hacer con el peronismo?, 2. ¿qué lugar ocuparían los partidos políticos en el gobierno y en diseño de las políticas?. La idea del general Lonardi, minoritaria en el gobierno, en las fuerzas armadas y en los partidos políticos, era una política de pacificación con el peronismo, de diálogo con los sectores sindicales, con los partidos –decía- "en la calle esclareciendo la opinión". En suma un gobierno de transición breve y rápido llamado a elecciones. Mientras los partidos querían hacer la revolución política que habían anunciado "para evitar caer en una nueva dictadura"- era su consigna- y así presionaron por la conformación de la Junta Consultiva Nacional, que finalmente arrancaron a Lonardi antes de precipitar su alejamiento. Esta nueva institución fue el ámbito donde se desarrolló el diálogo con el gobierno, ya a cargo del General Aramburu, manteniéndose Rojas como vicepresidente.

El ámbito, los participantes y los temas en debate:

La Junta Consultiva Nacional. Presidida por el vicepresidente Isaac Rojas, estuvo integrada por cuatro representantes de cada uno de los partidos, UCR, Partido Socialista, Partido Demócrata Progresista, Partido Demócrata, Partido Demócrata Cristiano y Católicos Independientes (representación dividida), de ella quedaron excluidos los nacionalistas de la Unión Federal Demócrata Cristiana, el Partido Comunista y el Partido Peronista. La función de la Junta era asesorar al Poder Ejecutivo en los temas que éste le girara para su tratamiento. Y por ella pasaron los temas más importantes de la agenda política. El status legal del gobierno surgido de la "Revolución Libertadora" que derivó en el consenso para la derogación de la Reforma Constitucional de 1949, la discusión sobre el Plan Prebisch, que fue rechazado por la mayoría de los partidos allí representados, el Estatuto de los Partidos Políticos, la convocatoria a elecciones para la Reforma Constitucional de 1957 que dio lugar a arduos debates sobre su conveniencia y modalidad, como así también a la inclusión del régimen de representación en la misma.

En general, la mayoría de los historiadores y buena parte de la literatura política sobre el período minimizaron la importancia de la Junta Consultiva. Sin embargo, si se cotejan las medidas tomadas por el gobierno del general Aramburu, en relación a los temas debatidos en la Junta, puede corroborarse que en casi todos los casos siguió la opinión mayoritaria de los representantes de los partidos y cuando no la hubo convocó a sus dirigentes de primera línea, como en el caso de la convocatoria a elecciones para la Reforma Constitucional de 1957.

Las características del diálogo:

La apertura del diálogo se debió preponderantemente a la presión de los partidos por participar en el diseño de las políticas de un gobierno, que muchos de ellos consideraban propio y en parte también a ese "espíritu refundacional" (hubieran dicho los historiadores decimonónicos) del régimen político que primaba en muchos de los partidos antiperonistas y al que con matices sólo se opusieron los radicales, tanto intransigentes, como del pueblo.

Los acuerdos:

Si un acuerdo político primó en este diálogo fue el de la proscripción del peronismo.

1 comentarios:

Ernesto Soria Paz dijo...

En circunstancias políticas se omite la matanza de casi cuatrocientos argentinos en los alrededores de la Plaza de Mayo ,16 de junio de 1955 , el asesinato llevado a cabo por militares con aviones que lograron refugio en el Uruguay , luego participantes en los hechos de la usurpación del poder dentro de la denominada " Revolución Libertadora" .
Tampoco es cierto que fuera el primer gobierno de facto , ¿ Uriburu en 1930 ? .
No hubo diálogo porque entre los militares no existe el diálogo , se imponen las ordenes , siempre cerradas . es la escencia de la vida militar .